Navidad en España - entonces

 

NAVIDAD EN ESPAÑA – entonces     

Mis primeras navidades en España fueron en los años 60. En aquel momento ya estaba esperando a mi primer hijo/hija (aún no sabíamos que nos iba a regalar la vida) cuyo nacimiento estaba previsto para principios de marzo. Así que aquel año desistimos en realizar viaje a Alemania para pasar las Fiestas Navideñas con mis padres; ellos se habían quedado “solitos” desde que me fui.

Sinceramente, me sentía algo extraña y esta primera navidad aquí significaba cierto cambio de costumbres para mí. De repente vi como para las familias, en general, Nochebuena y la propia Navidad cedían más protagonismo a los “Reyes Magos”. Aquello de encontrar los regalos debajo del árbol de navidad parecía pertenecer a mi pasado. Pero no, pronto conseguí que en nuestra familia se hicieron los regalos en Nochebuena, pero con el resultado de que también para los “Reyes” se repetía, aunque en menor medida. Con otras palabras, había y se hacían regalitos en ambas ocasiones. Y esta costumbre se ha mantenido en nuestra casa desde entonces, sobre todo para los niños y, claro está, ellos felices.

Totalmente nuevo para mí era la misa de navidad nocturna, la popularmente llamada “Misa del Gallo”. También me sorprendió en cierta manera el protocolo sugerido/impuesto por mi madre política (viuda) que en navidades había que ir a casa de los patriarcas de la familia para felicitar las fiestas. Entonces ellos invitaban a una copita de jerez o anís, pero nunca nos reuníamos alrededor de una mesa para cenar o almorzar.

Otro detalle muy sorprendente para mí eran las generosas “cestas de navidad” que las empresas solían enviar a sus mejores clientes o colaboradores. Entonces mi marido pertenecía a una conocida agencia de viajes, así que también a nuestra casa llegó alguna que otra cesta repleta de turrones, polvorones, chorizo, jamón, champán, espárragos en lata etc.  

 

Respecto a las cenas y almuerzos navideños ¡qué bueno encontré todo! Pavo relleno o lechona al horno y de postre platos llenos de turrón (otra cosa que no conocía hasta entonces), frutos secos y otras delicias. ¿Y qué decir de aquellas sobremesas interminables con una copita de cava (o dos)? 

Después de Navidad y Año Nuevo, lo más bonito y totalmente novedoso para mí era presenciar todos los años la llegada de los Reyes Magos la tarde del 5 de enero.  Sobre todo, me encantaba ver la emoción y alegría en los rostros de los niños. Por supuesto, después de haber nacido mi hija e hijo, cuando eran pequeños nunca dejamos de llevarlos a presenciar las vistosas y espectaculares cabalgatas de los Reyes Magos.

También en nuestra propia casa de joven matrimonio solíamos montar un “belén” con todas las figuras del nacimiento, otra costumbre relativamente nueva para mí. Creo que mi marido y yo hemos logrado fusionar las costumbres de ambos países y de esto me siento muy contenta.

Hoy día la alegría de las Fiestas Navideñas y de los “Reyes Magos” radica en nuestros nietos, qué no quepa duda.  

En el aspecto musical cara a la navidad he cambiado, lo sé y lo reconozco. Hoy día me cuesta escuchar las canciones de mi infancia y juventud, me emociona, tal vez o seguramente me transporta en el tiempo, me hace añorar a todos los que ya no están en este mundo, a nuestro lado o cerca, además me hace ver lo efímero que es todo cuanto acontece en nuestras vidas.  

Con otras palabras, ahora para las Fiestas Navideñas suelo buscar canciones alegres como p.e. Mariah Carey con “All I want for Christmas is you”, Chris Rea con “Driving Home for Christmas”, Wham con “Last Christmas” etc., curiosamente todas en idioma inglés.  

¡FELIZ NAVIDAD a todos! ¿Mi mayor deseo? En el ámbito familiar y personal ¡Salud, armonía y tranquilidad! Y para el mundo lleno de acontecimientos “caóticos” ¡que cesen de una vez las guerras con todas sus crueldades e injusticias!