3000 km - Una vuelta por España en coche
Palma, 6 de diciembre 1969 – Embarcamos en el “Ciudad de Granada” a las 20.00 h y aguantamos más de 14 horas de mar movida para llegar a Valencia.
Después de haber desembarcado el coche nos encaminamos hacía el centro y paseamos por la “Plaza del Caudillo”. Muchas flores, turrones (¡Galiana!), tiendas, bares, bancos, gente bien vestida – es domingo por la tarde; incluso los restaurantes parecen haber cerrado ya. Nos quedamos con las ganas de probar una auténtica paella valenciana.

Pronto seguimos por la Costa Blanca. Me parece bastante parecida a Mallorca. A ambos lados de la carretera muchas plantaciones de naranjos; hay tenderetes que venden tiras de redes con naranjas y limones, igualmente artículos de esparto y cerámica.
Nuestra primera parada está prevista en el “Parador Nacional de la Costa Blanca”, en Jávea/Alicante, pero resulta estar completo. Es fin de semana prolongado por el 8 de diciembre y mucha gente ha venido de las ciudades del interior del país para disfrutar de la paz de Jávea. Su playa es muy bonita, pero los edificios son muchos y demasiado altos. Así y todo, tiene su especial atractivo.

Seguimos por Villajoyosa y llegamos a San Juan de Alicante, así como y a Alicante y allí paseamos por la Explanada de España. Finalmente encontramos sitio para quedarnos en el “Hotel Miramar” en Jávea. Damos una vuelta por la ciudad pequeña. Me imagino que en verano debe haber mucha vida en ella y sus alrededores.
La mañana siguiente se ve a un grupo de hombres que se prepara para salir a pescar y nosotros seguimos nuestro camino por Calpe, Altea y llegamos a Benidorm. En el camino y desde la carretera se ve el Peñón Ifach a la altura de Calpe.
Otra vez estamos en camino, carretera 332. Nuestro próximo destino es Cartagena/Murcia. Nos paramos en Torrevieja para almorzar; lamentablemente la peor paella de mi vida.
Torrevieja es un típico pueblo pescador del Mediterráneo. No nos entretenemos mucho más ya que tenemos un poco de prisa para llegar a Cartagena antes de la noche.
Aquí, teniendo familia lejana por parte de mi marido. Vamos en su busca. Y la encontramos ¡qué casualidad! en un café de la Calle Mayor. Nos recomiendan el “Hotel Cartagenera” para alojarnos. Pero ¡qué hotel! Parece tener cosas de cine cómico. Bueno, también hay que decir que nos presentan una factura muy modesta: 2 dobles y 4 desayunos por 524 Ptas.
La misma noche damos un paseo por la ciudad. Mi marido tiene especial interés en volver a ver al Cuartel de Instrucción de la Marina, dónde estuvo en el año 1957.
La mañana después visitamos el submarino “Peral”, el monumento a los Héroes de Santiago de Cuba y Cavite, el puerto y algo más de la ciudad.
Nos da tiempo para hacer unos cuantos kilómetros más en los alrededores de Cartagena. Visitamos La Unión, Escombreras y Portman, ciudad en la que nació la madre de mi esposo cuando el abuelo y su mujer vivieron allí. El abuelo era minero; pienso que todo el pueblo debe vivir de este oficio. Se comprende cuando uno se ve frente a esta zona minera. Y pensar que la abuela cruzaba estas polvorientes montañas andando para llevarle la comida al abuelo….
Más tarde pasamos por Palos y nos adentramos por la Manga del Mar Menor. Hay mucha arena, mucho mar, apartamentos, construcciones, casas particulares y jardines. La carretera es buena, el último tramo todavía en obras. Hay tanta playa que por muchos turistas que pueda haber siempre deben parecer pocos ante esta inmensidad. ¡La vista es preciosa!
Pasando otra vez por Cartagena salimos de nuevo a la carretera 332. Dejando Águilas y Vera detrás de nosotros, buscando la salida para Mojácar/Almería.
(Mojácar/Almería)
Es uno de los pueblos más extraños que he vista jamás. Por todo se siente la influencia árabe. Al lado del mar está el tan nombrado y alabado “Parador Nacional de los Reyes Católicos” con su decoración de un gusto extraordinario. Las paredes de la habitación están revestidas de madera, puertas y armarios forrados de tela de saco. Lámparas de cerámica y metal, muebles estilo castellano, alfombras y cubrecamas Alpujarra. El baño completamente en blanco y negro.
La mañana siguiente nos vamos para llegar y quedar en Granada. En el camino, el primer pueblo que llama nuestra atención es Sorbas, está colgado de las montañas, muy blanco, semejante a Mojácar. Llegamos a Almería, ciudad que nos defrauda un poco. Tomamos algo en el bar de correos – no es de los más limpios que estamos viendo en nuestra ruta – para no decir otra cosa…
Pronto después de la ciudad de Almería comienzan aquellas montañas desnudas, secas, de una tonalidad ocre/amarillenta. Vueltas y vueltas que hacer, el auténtico “Oeste” de las películas americanas que, por cierto, se estaban filmando por estas latitudes hace unos cuantos años. Aún se ve unos cuantos restos del “Far West”. A medio camino paramos para almorzar en un bar para camioneros. ¡El almuerzo está riquísimo!
Siguiendo nuestra ruta destino Granada dejamos atrás a Gabor, Nacimiento y Guadix con sus típicas cuevas. La gente vive literalmente dentro de las montañas. Sólo los portales señalan una probable entrada. En el pueblo mismo es día de mercado de ganadería.
Antes de llegar a la tan esperada Granada todavía cruzamos Purullena y seguimos girando por un paisaje montañoso de extraordinario belleza. Finalmente, desde lo alto todavía, se ve Granada.
En la oficina de Cooks nos recomiendan la “Residencia Anacapri”. Se trata de una residencia muy recomendable en el centro de la ciudad. Apenas nos hemos instalado volvemos a la calle para recorrer y conocer. Es el 10 de diciembre, nuestro noveno aniversario de boda. Estamos muy contentos de que justamente Granada sea la ciudad donde vamos a brindar por ello.
Paseando por las calles quedamos encantados de la bella ciudad, tiene mucho estilo, elegancia, un ambiente muy especial. Para mi marido las chicas más preciosas de España están aquí, en Granada. Tengo que darle la razón. La mayoría son altas, esbeltas, morenas y elegantes.

La mañana siguiente tenemos excursión a “La Alhambra”. Resulta simplemente impresionante. Comprendo perfectamente que Washington Irving se dejó inspirar para escribir sus “Cuentos de la Alhambra” y que Manuel de Falla dedicó un homenaje musical “Noches en los jardines de España” al “Generalife”.
A mediodía almorzamos en “Los Manueles”, habas con jamón y tortilla Sacromonte. ¡Carísimo!
Por la tarde otra excursión: Catedral, Capilla Real, Cartuja y ¡cómo no! las cuevas del Sacromonte.
Hay que ver la diferencia entre postal y realidad. ¡Vaya Flamenco más simple!
Otra noche en el “Anacapri” y ya empezamos la bajada por el “Puerto del Suspiro del Moro”, la carretera montañosa más impresionante y peligrosa para llegar a la costa de Almuñécar.
Finalmente, pasando por Nerja y Torre del Mar llegamos a Málaga. – Cuando se ha oído nombrar tanto a una ciudad, uno tiene más curiosidad para conocerla. ¿Tal vez por esto no me causa tanta impresión?
Después de un primero paseo por la ciudad, tomamos el almuerzo (fritura de pescado y gambas) en “El Vivero”, restaurante recomendable para quien le gusta el marisco y pescado, situado en el puerto.
Una vez finalizado seguimos por la carretera 340 para quedarnos en Torremolinos en el Hotel Siroco. Este es muy bonito, también muy bien decorado y hace que uno se encuentra a pleno gusto. No nos acostamos antes de haber dado un paseo por Torremolinos, para mí un lugar demasiado montada cara al turismo.
Nos retiramos pronto al hotel y pasamos la noche en los salones muy confortables y acogedores.
Por la mañana temprano ponemos otra vez en marcha a nuestro coche que – todo hay que decirlo – se comporta de maravilla desde que hemos salido de Palma. Nombres como Marbella, San Pedro de
Alcántara y Estepona aparecen en nuestro camino. El paisaje es cada vez más bonito, más verde, vemos los primeros ganados pastando. Llegamos a San Roque, La Línea de la Concepción y al Peñón de Gibraltar. Nuestro camino nos lleva por Algeciras, dónde nos paramos algún tiempo para observar la vida de su puerto. El pasaje que desciende de un barco procedente de Tánger es curioso, distinto. Finalmente llegamos a la punta de Europa, a Tarifa.
¡Tarifa es precioso! Aquí se juntan los dos mares – el Mediterráneo con el Atlántico; se puede apreciar de maravilla desde la altura. En Tarifa tomamos un aperitivo extraordinario, unos 16 platitos con tapas y 4 bebidas para poco más de 100 Ptas. Una vez salido de Tarifa, empieza una playa fabulosa, ancha, de arena blanquísima.
Y para mí comienza probablemente el paisaje más bonito desde Tarifa hasta Barbate de Franco y Vejer de la Frontera, llanura verde, pastos, ganadería, cortijos; con las Sierras en el fondo y el Atlántico en el lado opuesto.

Después de haber dejado Chiclana de la Frontera llegamos a San Fernando y seguimos por el puente de peaje que une San Fernando con Puerto Real.
Está previsto una visita a las bodegas más famosas de Jerez de la Frontera. Pero es sábado por la tarde y todas están cerradas. ¡Qué lástima! Mi marido se queda con las ganas de comprar un buen “Lepanto” de González Byass.
A las 18 h del 13 de diciembre entramos en Sevilla. La Oficina del Turismo nos recomienda un hotel que está situado en Barrio Santa Cruz. Es imposible llegar con el coche y hemos de buscarnos otro hotel. Lo encontramos pronto. Es el “Alcázar”.
Como siempre, pronto bajamos del hotel para dar el primer paseo por la ciudad, visitando el barrio de Santa Cruz y la Catedral con la Giralda.

Es domingo por la mañana. Alquilamos una “Berlina” que nos lleva unas dos horas por los lugares más conocidos y bonitos. Después de la misa en la catedral y la subida por los interminables escalones de la Giralda nuestro amable conductor inicia su vuelta por la Plaza de España. Es muy bonita con mucha gente paseando, muchos niños jugando. Muchos carritos invitan a comprar algo, sean almendras, dulces u otras cositas buenas para niños y mayores.


Luego cruzamos el Guadalquivir a la altura de la “Torre del Oro” para conocer el barrio de “Triana” con sus patios llenos de geranios y otras flores y plantas preciosas. De vuelta al otro lado del río nos quedamos en el “Parque de María Luísa”, donde presenciamos un espectáculo similar al de la Plaza de España; muchas parejas, padres con sus hijos, ancianos y jovencitos aprovechando de la paz de una espléndida mañana de domingo. Después de un auténtico aperitivo sevillano (hay que ver cuántos vendedores con sestas llenas de cangrejitos, gambitas y otras delicias) damos una vuelta por el parque de aves y regresamos al “Alcázar” para enviar algunas postales.
La mañana siguiente tomamos la ruta Carmona, Écija, Córdoba para llegar antes del anochecer al “Albergue Nacional de Manzanares”. El tiempo es un poco justo para hacer los 366 km. Por esta razón no entramos en Córdoba, aunque nos hubiera gustado mucho. El paisaje está cambiando muchísimo. Ya no hay montañas; estamos en La Mancha.

Como previsto llegamos al albergue mencionado. También es muy bonito y decorado con gusto, casi igual como el Parador de Mojácar.
El 16 de diciembre seguimos nuestra ruta por La Mancha. En Tembleque nos desviamos de la carretera que lleva a Madrid para coger la que pasa por Toledo. Hacemos parada para visitar a la ciudad y al Alcázar.
La ciudad es algo distinta de lo que yo me había imaginado. Entre varias cosas que había leído referente a Toledo hay la novela de Stefan Andres “El Greco pinta al Inquisidor Mayor”. Paseando por las calles me viene a la memoria este librito.
Compramos un típico dulce de Toledo: mazapán. Delicioso, esto sí, pero caro. Más tarde hacemos la visita al Alcázar, lleno de historia.
Hay muchos autobuses llenos de turistas, seguramente de excursión desde Madrid. Por un momento tengo que pensar en Palma y Mallorca, ¿será por los autobuses llenos de turistas?
Empezamos a bajar desde lo alto del Alcázar para tomar la carretera hasta Madrid. Dejando aquel paisaje algo “triste” entramos en la capital por Getafe. Nos cansamos en ver viviendas como colmenas entre Getafe y Madrid. Buscamos Madrid 20, pero pronto abandonamos este proyecto. Dejamos nuestro buen amigo Renault10 en un garaje subterráneo y en el centro nos dirigimos directamente a la oficina de Wagons-Lits/Cook, Acalá 23.
Nos reservan una doble en el “Hotel Amberes”, en la Avenida José Antonio. Mi madre política junto a mi hija va a visitar a una amiga suya. Por la tarde/noche damos una vuelta por el centro, entramos en Galerías Preciados, buscamos a la oficina de “Sabena” (la compañía aérea para la que estoy trabajando en Palma) y volvemos con el metro a Madrid 20.
La mañana siguiente nos vamos con una excursión organizada al “Escorial” y al “Valle de los Caídos”. La visita al “Escorial” es larga e interminable. El complejo de edificaciones iniciado por idea de Felipe II. es impresionante, muy valiosa la biblioteca, muy bonita la Casita del Príncipe.
Después del almuerzo continua nuestra excursión para visitar el “Valle de los Caídos”. El autocar va subiendo hacía el Guadarrama, un paisaje ya por sí de carácter fuerte y duro. De pronto se ve aquella cruz monumental la cual - a medida que nos vamos acercando - va creciendo a nuestros ojos. Es algo verdaderamente impresionante, ninguna postal puede dar una auténtica idea de lo que es.

La mañana siguiente salimos temprano de Madrid para coger la ruta a Zaragoza. Hemos de pasar por Daroca, lugar donde mi marido ya había estado antes para cazar. Nos quiere enseñar también el “Monasterio de Piedra”. Pero nos enredamos demasiado en Daroca y San Martín del Río y como aún tenemos muchos kilómetros que hacer para llegar a Fraga, abandonamos la idea de visitar el Monasterio.
(Los Monegros/Aragón)
Pasamos por Cariñena, Zaragoza y empieza el trayecto más triste de toda la vuelta: Los Monegros. Kilómetros y kilómetros de llanura sin nada. A la altura de Candasnos abandonamos también el proyecto de llegar a Fraga y nos quedamos en un motel al lado de la carretera. Muy, muy solitario; no estamos a gusto. Por la mañana a primeras horas seguimos nuestra ruta vía Fraga, Lérida, Cervera e Igualada y llegamos ¡gracias a Dios! alrededor de mediodía a Barcelona.

Pasamos un día y medio en la Ciudad Condal invitados por familia lejana que reside allí. Acompañados por ellos hacemos una visita al zoológico, al Montjuich y al centro. El tiempo pasa rapidísimo; pronto son las 22 h para embarcar en el “Ciudad de Granada” destino a Palma.
Domingo, 21 de diciembre, por la mañana temprano entramos en la Bahía de Palma de una vuelta muy interesante por España.