Galicia - 1992

La Toja, Santiago de Compostela y mucho más

En octubre de 1992 mi esposo tenía que participar en un congreso en Galicia, “el País de las Rías y de los mil Ríos”, como reza el slogan. Así que llegamos al aeropuerto de Santiago de Compostela para luego continuar viaje al “Hotel Louxo” en la Isla de La Toja – O Grove, un lugar acogedor en un paisaje espléndido y con un encanto especial en la orilla de la Ría de Arosa.

Como siempre, poco después de habernos instalado dimos una vuelta junto a amigos nuestros en los alrededores del hotel. Nos acompañaba un día precioso de otoño. O Grove es conocido también por su clima mediterráneo marítimo. Sus inviernos son suaves y en verano alcanza una temperatura media de 24º.  Cruzamos el famoso puente, visitamos la pequeña capilla tan característica y sus hermosos jardines. Al volver disfrutamos de las bonitas instalaciones del Hotel Louxo, que también es Balneario y alberga un Casino.

El día después nos llevaron a un fantástico almuerzo medieval en el Parador de Bayona. Tengo muchos y buenos recuerdos de esta estancia tan especial. Y tengo que confesar que por primera vez en mi vida me llevé a escondidas algo como recuerdo: un corto delantal que nos dieron para degustar la “Pierna de Cabrito Medieval” sin mancharnos.  

Después de este “histórico” almuerzo y desde el Puerto de Bayona nos invitaron a una travesía por la Ría de Vigo, conocer algo de la ciudad y luego a cenar en el Pazo de Castrelos.  

Al volver a nuestro hotel en La Toja, todos estábamos encantados de lo vivido y conocido durante este día largo, pero también algo cansados.

Y, claro, en todo el programa, espléndidamente organizado, no podía faltar una excursión a Santiago de Compostela.  Interesante y bella ciudad. Obviamente visitamos el entorno de la Catedral y presenciamos la ofrenda al Apóstol y Botafumeiro.

Aquí nuestro almuerzo estaba libre. Así que nos metimos en la parte más “auténtica” de Santiago en busca de un lugar típico.

Por la tarde estaba programada la salida hacía La Coruña. En autobús hicimos una excursión panorámica por la

Torre de Hércules, el Paseo Marítimo, la playa Riazor y el Castillo de San Antón. Un recorrido por la ciudad antigua nos llevó hasta el Ayuntamiento de La Coruña para, de nuevo, disfrutar de una cena ofrecida por las autoridades.

Así finalizó otro día largo, creo que era ya medianoche cuando llegamos de vuelta a La Toja.

El último día de nuestra estancia en Galicia participamos en una excursión marítima por la Ría de Arosa. Todo muy interesante. Me han llamado especialmente la atención los criaderos de moluscos, la gran cantidad que hay.

El día de nuestra salida en autobús hacía el aeropuerto de Santiago tuvimos el más característico tiempo de la comunidad más al noroeste de la península, cielo gris, lleno de nubes y  niebla baja envolviendo paisaje y carretera. El autobús avanzaba poco a poco y con mucha cautela. Este ambiente me hacía pensar en las meigas. Las “brujas” forman parte de la tradición gallega. “Eu non creo nas meigas mais habelas, hainas” (traducido significa “yo no creo en las brujas, pero haberlas, las hay”). ¿Será verdad?

Así finalizaron unos días interesantes y bonitos en Galicia. Hay otro slogan (supongo que creado por la promoción turística) que dice:

“VEN A GALICIA ……VOLVERÁS”

Y no puedo hacer otra cosa que darle la razón. Con mucho gusto volvería a visitarla.