México - 1997
México-Ciudad, Cuernavaca, Taxco, Acapulco
Noviembre 1997. Aquel año tocaba ir a México en el marco de un congreso de agentes de viaje españoles, concretamente México-Ciudad y Acapulco. El vuelo Madrid/México me parecía interminable, si bien me acuerdo eran más de 13 horas! Había un momento “claustrofobia” por mi parte y les dije a mis compañeros de viaje “ahora me bajo del avión ¡pero ya!
México-Ciudad es enorme, de una extensión increíble con edificios más bien bajos, una ciudad de casi 9 millones de habitantes. La aproximación al aeropuerto ya nos daba una idea desde el avión de la inmensidad de esta ciudad.
También tengo que decir que, una vez llegados al centro de la ciudad, se respiraba un ambiente de cierta inseguridad. Tal vez los muchos buenos consejos que nos dieron tanto en el hotel como por parte de la organización aumentaron nuestra preocupación en vez de ayudar, puede ser. De todas formas, no hicimos mucho “sightseeing” en México-Ciudad y en todo caso nunca por propia iniciativa.
A la mañana siguiente de nuestra llegada nos llevaron al barrio de “San Ángel”, lugar típico donde se pueden admirar majestuosas construcciones coloniales, que sirven de marco a exposiciones de pintura y escultura que se montan en los jardines de la zona.
Otra de las excursiones organizadas fue a Cuernavaca, la capital del estado de Morelos, unos 85 km al sur de la Ciudad de México. Visitamos la catedral, la ciudad y había tiempo para comprar algunas cosas típicas del lugar.
La excursión más impresionante fue, sin duda alguna, la visita a Teotihuacán. Enormes la Gran Pirámide del Sol y la de la Luna, todo el complejo simplemente impresionante.
Como zona turística había, por supuesto, tiendas oficiales para adquirir objetos de recuerdo, pero también innumerables vendedores ambulantes con su género colorido y de los que - a decir la verdad - algunos resultaban demasiado insistentes.
Nuestro próximo destino era Acapulco. Según el guía del autobús, poco antes de entrar en Acapulco, tendríamos que pasar por un túnel al que le precedía la mala fama de ser atracado de vez en cuando por delincuentes. Vaya panorama ¿dónde nos habíamos metido?
Bueno, llegados sanos y salvos a Acapulco, nos hospedaron en el hotel “Fiesta Americana” en la playa Condesa. Las instalaciones del hotel, así como el servicio muy bien, además realmente bonito con una piscina enorme, prácticamente al nivel del mar.
A lo largo de nuestra estancia en tierras mexicanas hubo un sinfín de actos, comidas, cenas, espectáculos con el mejor folklore del país y varias excursiones.
Muy interesante fue la excursión a Taxco, una ciudad con el encanto de las ciudades coloniales mexicanas. Nos llevaron a la “Platería Rancho Alegre de Taxco” donde estaban a la venta preciosos artículos y joyas en plata, vamos, para perderse.
Otra noche inolvidable la pasamos invitados en el famoso hotel “Acapulco Princess”, otrora, cuando Acapulco estaba en su época más dorada, frecuentado por artistas mundialmente famosos.
No quiero olvidar de mencionar una excursión muy bonita en barco por la bahía de Acapulco, también con show folklórico a borde, ni los espectaculares saltos en “La Quebrada”, uno de los grandes atractivos de Acapulco.
De vuelta a México-City para coger nuestro avión de regreso, aún había una parada y comida en un restaurante ubicado en una típica hacienda, donde pudimos presenciar, como si de un show-cooking se tratara, la elaboración de platos típicamente mexicanos. Sabido es que el elemento primordial de la cocina mexicana es el maíz, además de chile, fríjoles, calabaza y la famosa salsa de guacamole.
Camino de regreso a Madrid, sobrevolando de nueva esa inmensa extensión de México-Ciudad, esta vez de noche, con millones de pequeñas luces, era todo un espectáculo inolvidable.
Y quiero despedirme de México con música. Sabido es la gran afición, la cultura musical y el talento de los compositores, músicos y cantantes de este gran país. - La casualidad ha querido que descubriera a Carlos Macías, lamentablemente tan sólo hace muy poco, pero escucharle interpretar “Amarte Así” lleva indudablemente a tierras mexicanas.