U.S.A. - 1970
Catskill y New York
Tan sólo una vez, concretamente en el año 1970, he tenido la ocasión de cruzar el Atlántico para visitar a nuestros amigos de toda la vida en este gran e interesante país. Mejor dicho, concretamente mi familia y yo hemos estado en Nueva York y en Catskill, donde más.
En esta última ciudad, perteneciente al condado de Greene del estado de Nueva York, pasamos algunos días maravillosos y no me olvidaré nunca de los preciosos colores otoñales de su paisaje.
Nuestros amigos y sus hijos entonces vivían en una bonita, original y típica casa de madera roja con ventanas y puertas blancas, con el clásico porche (como se ve en las películas), situada en las afueras, rodeada de césped, árboles, campo e incluso con una piscina natural.
Para ir al centro de esta bonita ciudad tuvimos a nuestra disposición uno de los coches de la casa, tamaña "USA" (nada que ver con los entonces habituales Seat 600 que se utilizaban en España). Conocimos amigos de nuestros amigos y vivimos un poco el “amercan way of life” durante unos días.
Aunque hayan pasado muchos años desde entonces y tal vez me haya olvidado de algunos detalles del viaje en sí, bien me acuerdo de dos excursiones: en una nos habían invitado a navegar en el barco de un amigo por el río Hudson y otra que hicimos a la ciudad de Albany para compras.
Y, por supuesto, aunque Catskill esté a 200 km de Nueva York, se imponía una visita de 2 días a la Gran Manzana antes de volver a Europa. New York es sencillamente impresionante, todo es grande, enorme, todo es mucho, arrollador y salta a la vista la gran cantidad de gente, una impresionante mezcla de nacionalidades y razas. Mi primerísima impresión de su gigantesca realidad ya la tuve al sobrevolar la ciudad, mirando por la ventana del avión cuando aquel día llegamos desde Bruselas en un vuelo de SABENA.
Cuando nos instalamos en nuestro hotel de New York saltaban a la vista las muchas advertencias sobre cómo proceder para protegerse de la inseguridad. Con esa sensación de cierto “temor”, fuimos a dar la primera vuelta por las calles más próximas. Nos apuntamos a distintos “sightseeings” y los disfrutamos mucho. Visitamos la 7ª y la 5ª Avenida, la Estatua de la Libertad, el edificio de las Naciones Unidas, el puente de Brooklyn que une los distritos Manhattan con Brooklyn, Greenwich Village (el barrio intelectual y bohemio, por cierto muy interesante) en el lado oeste de Manhattan, Central Park, así como algunos de los edificios más emblemáticos como el Empire State Building y otros. Por supuesto era emocionante la travesía en el Ferry (en estos momentos me acuerdo de la estupenda película “Armas de Mujer”).
Volvimos de nuestra fantástica experiencia americana a Europa (sin duda impresionados) en un vuelo de KLM a Amsterdam y enlazamos con otro hacía “nuestra” Isla de Mallorca.