Comenzar a componer

 

 

(mi primer piano digital)

 

Lo dicho, una vez retirada de mi vida profesional encontré tiempo para cultivar mis aficiones que son la música y la literatura.

 

Tuve la gran suerte que, para uno de mis cumpleaños, mis dos hijos me sorprendieron con el regalo de un piano digital, un “Roland” precioso. Ellos sabían lo mucho que me gustaría volver a tocar. Así que fue muy grande mi emoción. Pronto descubrí que, lamentablemente había perdido mucha capacidad de leer las partituras complicadas y tocar las piezas que antes sabía, lógicamente por no haber tocado durante más de 30 años.

 

Pero no me desanimé, de todo lo aprendido en mi juventud, algo quedó.  Comencé a “fantasear”, es decir improvisar sobre las teclas del piano y, como el quien no quiera la cosa, comenzaron a salir de muy adentro mis primeras canciones. Tuve también una grabadora de casetes y en cuanto una canción me gustó, la grabé, sin más. Luego escribí la letra en mi primer PC. Con un micrófono que me facilitó mi hijo canté yo misma estas primeras canciones.

 

El día que hubo dos canciones que me parecieron bonitas y aptas, contacté con uno de los estudios de grabación conocido en la isla. Allí me hicieron los arreglos de mis primeras canciones para poder grabarlas con la voz de un o una cantante. En absoluto me importaba invertir algún dinero en esta “aventura”, pero lo quise hacer, confié “en lo mío”.